jueves, 10 de junio de 2010

PRESTIGIO Y TAQUILLA


El ejemplo paradigmático es El Secreto de sus Ojos, un film mimado por la crítica internacional que aquí bate records de taquilla. La gran pregunta es si se trata de un fenómeno aislado o del comienzo de un cambio de tendencia

Casi un millón y medio de espectadores visitaron en nuestro país una sala para verla. Al terminar la película la mayoría se va en elogios que coinciden muchas veces con las aclamaciones que recibe en festivales internacionales.
El Secreto de sus Ojos, el nuevo film de Juan José Campanella, no sólo arrasa con todas las taquillas y bate con todos los records, sino que además se convirtió en una de las más mimadas por la crítica mundial, logrando posicionar al nacional como “cine del bueno y popular”.
Ya sea por exigente, exquisito, porque el cinéfilo argentino no es patriota o porque la industria nacional no lograba un buen equilibrio entre calidad y popularidad, lo cierto es que en las últimas décadas los realizadores locales debieron luchar contra los prejuicios de muchos argentinos y eso se evidencia cuando hoy son varios los que salen de la sala donde se proyectó un film nacional y sentencian: “No parece argentina”.
El comentario es inevitable cuando en nuestro país son muy pocas las películas en las que el público y los críticos se ponen de acuerdo. Muchas producciones que han sido justamente elogiadas por la crítica local y aplaudida en festivales, en nuestro país no contaron con una buena taquilla y a la inversa: películas muy populares fueron duramente castigadas por comentarios de la crítica.
Mientras que algunos especialistas coinciden en que el éxito en taquilla del cine nacional es “coyuntural y pasajero”, otros aseguran que el público podrá seguir disfrutando de buen cine nacional en los títulos a estrenar por directores de gran renombre como Adrián Caetano, Pablo Trapero, Héctor Olivera o Daniel Burman. Se va vislumbrando que caen los prejuicios negativos sobre el cine argentino y que, aun sin alcanzar fenómenos como el de El Secreto, habrá una larga serie de películas que recupere los costos y habilite entonces a una nueva realización.
Directores como los nombrados ya no son del under, y así como tienen buena respuesta en los festivales también tienen su público en el país. La cantidad de películas, además, se ha estabilizado en niveles aceptables, y aunque siguen en algunos casos con dificultades de exhibición, en perspectiva la situación parece que será menos oscura que años atrás.Estas últimas semanas no sólo la película que protagonizan Ricardo Darín, Guillermo Francella, Soledad Villamil y Pablo Rago ha convocado a miles de argentinos. A El Secreto de Sus Ojos -que en la última semana fue vista por 189.940 espectadores en sus 107 salas, alcanzando 1.400.000 entradas vendidas desde su estreno el 13 de agosto- le sigue Las Viudas de los Jueves, con 116.955 espectadores esta semana, alcanzando las casi 300 mil entradas desde el 10 de este mes, en el ranking de taquilla entre el 17 y 23 de setiembre.
Papá por un Día, con casi medio millón de entradas vendidas en siete semanas de proyección, también se posiciona entre los primeros lugares; mientras que Anita, un film de Marcos Carnevale, alcanza los 100.000 espectadores; Tierra Sublevada, de Pino Solanas tiene una alta recaudación en las pocas salas que la proyectan y hay gran expectativa con lo que suceda con Homero Manzi, un Poeta en la Tormenta y Cuestión de Principios, estrenadas el pasado jueves.
Por estos días el cine nacional alcanza al 50 por ciento de la taquilla en las salas comerciales. Y en los circuitos alternativos reclaman las películas argentinas. Por fuera de la ciudad de Buenos Aires, varios documentales han sido exhibidos en salas del interior del país con una excelente recepción como Porotos de Soja, de David Blaustein, o Marinos del Pueblo, de Miguel Cursi y Carlos Pico.
También tuvo una excelente recepción Campo Cerezo, de Patricia Martín García.Talentosos directores como Adrián Caetano han recibido excelentes críticas en el Festival de Venecia y San Sebastián por Francia, y considerando que Caetano (Pizza Birra Faso, Bolivia, Un Oso Rojo) es otro de los directores queridos por el pueblo argentino, hay mucha expectativa en lo referente a la taquilla cuando se estrene en nuestro país.
Pero a los estrenos de este año se les suman las realizaciones que comenzaron a rodar reconocidos directores como Héctor Olivera, Daniel Burman y Pablo Trapero, pese a que los fondos para los presupuestos son difíciles en tiempos de crisis.
El secreto del éxito
Ubicándose entre las películas nacionales más taquilleras de los últimos veinticinco años, Campanella es el elegido del público, que le agradece que sea fiel a nuestra idiosincrasia, además de sorprender con propuestas diferentes, historias bien contadas, cuidadosamente filmadas y figuras aclamadas.Esta es la quinta película que dirige en nuestro país, y lejos de repetirse sorprende con un policial distinto a todos sus anteriores largometrajes.
En los festivales internacionales ovacionan desde las butacas la realización del argentino que saltó a la fama con El Mismo Amor, la Misma Lluvia, donde reunió por primera vez a Ricardo Darín y Soledad Villamil, y demostró que su manera de filmar y narrar era diferente a lo que la industria local nos tenía acostumbrados. Si bien la película tuvo una recepción modesta en las taquillas de entonces, la crítica fue benévola con el film pues mostraba una forma de contar historias diferente.
Dos años después de aquel film, en 2001, Campanella estrenó El Hijo de la Novia, que además de superar el millón y medio de espectadores llegó a la meca del cine al ser nominada a un premio Oscar como Mejor Película Hablada en Lengua No Inglesa. Después llegaría la nostálgica Luna de Avellaneda.Pero El Secreto de Sus Ojos no hace más que reafirmar que con Campanella se garantiza popularidad con calidad. Esta semana, críticos que participaron del Festival de San Sebastián se referían al film como “La fórmula perfecta del cine emocional”, “Cine argentino de primer nivel”, “El festival subió al cielo con Campanella”, superando en elogios ampliamente a otras películas nacionales que han sido muy consideradas en este festival como Historias Mínimas, Iluminados por el Fuego o El Perro.
Campanella está convencido que no puede contar una historia “sin fuertes relaciones humanas”, al explicar el hecho de haber querido resaltar en la película la relación “inacabada” entre sus dos protagonistas, encarnados por Darín y Villamil.
Destacar esta relación ha sido el principal cambio de la película respecto al libro La Pregunta de sus Ojos, del escritor Eduardo Sacheri, sobre el que se basa la cinta. “No concibo hacer una película sólo con una historia policial”, afirmó el cineasta. “Cuando leí la novela, me encantó la historia porque era como un policial pero poblado de personajes cotidianos y reales, no de personajes de novela negra y de cine negro”.
Lograda mezcla de géneros
El Secreto de sus Ojos resulta una mezcla de géneros para contar la historia de Espósito (Ricardo Darín), un oficial de un juzgado que tras su jubilación quiere escribir un libro sobre un crimen que investigó hace 25 años y que someterá su idea y su manuscrito a Irene (Soledad Villamil), una secretaria judicial con la que trabajó en el momento del crimen, iniciándose un juego de recuerdos del crimen y de un amor incompleto hasta llegar en el momento presente a un inesperado desenlace de un asesinato que ellos creían resuelto hace tiempo.
“Cuando leía la novela me aparecían las caras” de Darín, Villamil y Pablo Rago para la película. “No me imaginaba escenas de la película, me imaginaba que lo que estaba leyendo en la novela con la cara de ellos tres” comentó el director, que pareciera haber encontrado en Darín a su actor fetiche. “Todo lo que me propuso siempre me resultó interesante”, dijo por su parte el actor argentino. “El siempre viene con alguna oferta que es un desafío nuevo, que me hace crecer como actor, como artista, que me da a conocer en lugares cada vez más alejados”, añadió.
Esa sea quizá una de las claves del éxito de Campanella. No repetirse. Mientras saborea los frutos que le brinda El Secreto de Sus Ojos, el director trabaja en una película de animación que recién estará lista para 2011, y dice que tiene muchas intenciones en volver a dirigir ciclos para televisión (fue el director de capítulos de La Ley y El Orden; House Md y 30 Rock).
En tanto, Darín -además de filmar con Trapero- no deja de anunciar sus profundos deseos de volver a la dirección. “Lo que quiero es atreverme con una historia que me parezca lo suficientemente convincente para meterme en semejante rollo, porque dirigir una película no es una tontería, es un quilombo infernal. Me gustaría contar una historia personal, chiquita, sencilla”, concluyó el actor y también director.
Diego Brodersen: “La clave fue el boca a boca”

Difícil es pronosticar cuándo un film puede convertirse en un éxito arrasador de las taquillas, ni explicar racionalmente por qué se convirtió en un fracaso. Definir las claves de un éxito cinematográfico es imposible, más aún en nuestro país, donde la cinematografía argentina carga con el mote de prescindible ante las megaproducciones hollywoodenses o films “de género” extranjeros.
El crítico de cine y conductor de Ficciones de lo Real, Diego Brodersen, se muestra cauto ante el éxito en la taquilla del cine nacional y no considera que “se trate de un momento bisagra, sólo que funcionó el boca a boca, la gente fue a ver cine argentino, gustó, lo recomendó y tampoco en estas semanas se ha estrenado un blockbuster de Hollywood que hiciera mucha sombra”.
“Es muy difícil saber cuándo una película puede funcionar en taquilla o no. En realidad es imposible. Una película destinada a un gran éxito puede resultar un gran fracaso y a la inversa. Hay películas claramente orientadas a lo puramente comercial como son las que se estrenan en las vacaciones de invierno, como puede ser el caso de Papá por un Día, o Manuelita, que en su momento arrasó con las taquillas. Son películas previsibles, con enormes promociones y que tienen figuras como la de Guillermo Francella en la comedia que ya tiene un público cautivo que asegura que el film va a funcionar. Además, este tipo de películas, como están destinadas al público infantil, te significan que junto al chico también vayan los padres”.
“Después están las películas de directores con renombre como sucede con Campanella, que son convocantes, pero no siempre logran arrasar en la taquilla. Creo que lo que hoy sucede con El Secreto de sus Ojos es algo que no ocurría en el cine nacional desde Nueve Reinas. Es el fenómeno del boca a boca. La película gusta y se recomienda. Sus anteriores trabajos también fueron promocionados, también contaron con figuras convocantes, pero sin embargo no llegaron a los dos millones de espectadores como parece que alcanzaría El Secreto de sus Ojos” sostuvo Brodersen, para quien la película logró cautivar al público local “porque creo que logró mezclar distintos géneros y resolverlo con claridad. En la película hay una historia policial, una de amor, suspenso, muy buenas interpretaciones, que hacen que sea una buena realización”.
En cuanto al mito que pesa sobre el cine argentino, el crítico comentó que, “hay un enorme prejuicio y hasta creo que muchos dicen que no ven cine argentino como si fuese un cine de género. En nuestro país, por año, se filman 70, 80 películas, con un amplio abanico de estilos y géneros. Hay películas comerciales, experimentales, documentales, clásicas. Por eso, cuando los detractores hablan de “cine argentino” no comparto, porque creo que hay una variedad, hay muchos films distintos”.
Brodersen también se refirió a la local como, “una pseudo industria del cine. En realidad lo que sucede es que se trata de una industria subsidiada, como ocurre en muchos países. Salvo Estados Unidos, India, el resto del mundo está un poco supeditado a los subsidios que reciba del Estado y en nuestro país sabemos que eso cuesta bastante. Como industria no sé si está pasando un buen momento. Sí creo que hay propuestas más interesantes que en los ‘80, en los ‘90. Más miradas, una búsqueda más interesante; después, también, claro, existe el tema de la distribución, y no siempre hay muchas salas disponibles para estos films”.
Finalmente, en cuanto a la posibilidad que la película termine candidata al Oscar, consideró que “los premios que entrega la academia son bastante difíciles de predecir. Se premia a directores de culto, a films por coyunturas políticas y lo demás es poco pronosticable. Además, no creo que siempre le den prioridad a la calidad. Me parece que tiene condiciones, hay que ver también cuál es la competencia. Veremos, puede ser una posibilidad”.
Diario Popular, 27 de septiembre 2009

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